Se establece que la enfermedad de Alzheimer evoluciona por fases, aunque cada enfermo es totalmente distinto y resulta muy difícil diferenciar claramente el final de una y el inicio de la siguiente.
Actualmente se establecen dos maneras de exponer el proceso evolutivo de la enfermedad:
Una de ellas, establece que pasa por tres fases evolutivas.
o FASE I. Inicial o leve.
o FASE II: intermedia o moderada.
o FASE III: Terminal, final o grave.
La otra evalúa la degradación mediante la Escala de Deterioro Global de Reisberg (GDS), que clasifica la enfermedad en siete niveles evolutivos:
o GDS 1: sin deterioro cognitivo.
o GDS 2: deterioro cognitivo muy leve.
o GDS 3: deterioro cognitivo leve. Demencia incipiente.
o GDS 4: deterioro cognitivo moderado. Demencia leve.
o GDS 5: deterioro cognitivo moderadamente grave. Demencia moderada.
o GDS 6: deterioro cognitivo grave. Demencia moderadamente grave.
o GDS 7: deterioro cognitivo muy grave. Demencia grave.
Se puede establecer un paralelismo entre ambas, ya que:
o La fase inicial equivaldría a un GDS 3/4
o La fase intermedia equivaldría a un GDS 5/6
o La fase final equivaldría a un GDS 7
SÍNTOMAS.
Fase I.
- Percepción subjetiva de pérdida real de memoria.
- Dificultad reiterada para recordar hechos de cierta importancia: lugar donde deja las cosas, recados, fechas significativas, nombres de lugares o de personas conocidas, teléfonos habituales,…; lo que hace aparecer y/o aumentar la inseguridad y dificulta el desarrollo de su vida cotidiana.
- Ligera desorientación temporoespacial.
- Dificultad para nuevos aprendizajes que requieran procedimientos razonados y con cierta complejidad, así como para adaptarse a nuevos entornos y/o ambientes.
- Ligeras alteraciones en el uso del lenguaje, tanto de expresión como de comprensión, alteraciones que constituyen un grave inconveniente para mantener una conversación fluida, por lo que suelen aislarse y evitan tener que participar en reuniones familiares o con amigos.
- Ligeras dificultades en la escritura, que empieza a ser imprecisa.
- Dificultad para el cálculo: manejo de dinero, operaciones bancarias…
- Ligeras dificultades en la praxia; manejo de electrodomésticos, fuego, destrezas laborales, dificultades para la ejecución de tareas automatizadas… lo que suele ocasionar un rendimiento laboral y doméstico en disminución.
- Cambios de personalidad y carácter que dificultan su trato. Generalmente con agudización de los rasgos previos. En ocasiones puede suceder lo contrario: los ariscos se vuelven cariñosos, los tristes comienzan a ser alegres.
- Alteraciones en el estado de ánimo y comportamiento: desinterés, apatía, pérdida de iniciativa, abandono de aficiones, quejas físicas, labilidad emocional, sentimientos de culpa, trastornos de autoestima, sentimiento de inutilidad, estado depresivo o ansioso…
Fase II.
- Desorientación temporoespacial grave con importantes despistes. Dificultad para reconocer lugares habituales, incluso en el propio domicilio, lo que da lugar a frecuentes pérdidas. Confusión entre el día y al noche. Percepción errónea del espacio, con dificultad para el cálculo de las distancias.
- Deterioro marcado de memoria: pérdida de conocimientos generales. Dificultad para relatar una historia acaecida. Dificultad para el aprendizaje de nuevas tareas perceptivo-motoras.
- Alteraciones gnósicas: incapacidad para reconocer caras, personas, lugares, objetos, incluso la propia imagen en el espejo.
- Incapacidad para asimilar acontecimientos familiares o personales importantes.
- Dificultades serias para la praxia con limitaciones graves para realizar movimientos complejos o acciones secuenciadas que conduzcan a un fin como realización de las AVD.
- Pérdida de control sobre gestos y movimientos significativos y aprendidos con anterioridad. Vagabundeo.
- Empobrecimiento significativo del lenguaje con falta de palabras, reiteración de términos, o repetición de lo que acabamos de decirle. Confusión de palabras, utilizando una por otras. Creación de palabras nuevas e incluso verborrea incoherente.
- Dificultades importantes en la escritura, el dibujo y la construcción de dibujos o figuras tri o bidimensionales.
- Disfuncionalidad y reacciones conductuales diversas: conductas de riesgo, reacciones catastróficas, frustraciones, agresividad, agitación, fobias, abandono del cuidado personal, obsesiones…
- Pérdida de actividad laboral.
- Modificación de la sexualidad pudiendo aparecer hiperactividad o desinhibición.
- Alteraciones del sueño.
- Pérdida de control de esfínteres que genera incontinencia.
Fase III.
- Grave afectación del lenguaje o ausencia del mismo.
- Grave alteración de las praxias relacionadas con las ABVD: comer, vestirse, lavarse…
- Desorientación temporoespacial total con incapacidad para el reconocimiento del propio cuerpo.
- Pérdida total de memoria, excepto la afectiva.
- Doble incontinencia total: vesical y fecal.
- Graves trastornos del movimiento.
- Pérdida de reflejos excepto los más primarios.
- Aparente aplanamiento emocional y desconexión total con el mundo que les rodea.
- Frecuente alteración del descanso y del sueño.